EXTREMADURA, CONCUBINA DE ESPAÑA.
Abandonada por su amante
rojo y gualda, en duelo,
por el Duero baja
una concubina, cabizbaja,
coronada de sombras
y luces de plata;
al abrigo de dehesas verdes
y cigüeñas blancas;
afligida por su pena negra,
que por el Tajo clama.
Ocre y colorá su piel;
altiva y orgullosa su talla,
y en sus pies… descalza,
llora a la orillita del rio
y allí vierte sus lágrimas.
Adormecida por el llanto
en su desnudez dorada
con sus lenguas de cobre
y su mirada clara,
fuentes de agua avivan
amaneceres diferentes
en sus ojos,
allá por el Guadiana,
donde, lozana, iza su torso
hacia paisajes y nuevos horizontes
que encarar al alba,
consciente de su pureza y hermosura,
con la cabeza alta.
Madrid, 29 de mayo de 2021
Pedro Moreno «Parrina»