Os cedo la hacienda, pero el aire…
Os dejo la mesa puesta, pero me llevo el hambre.
Me quedo el genio, os dejo las lámparas.
Os cedo las sábanas, pero no los fantasmas…
Os cedo los collares,
me llevo sus cervicales.
Os dejo las pulseras,
me concedo sus muñecas.
Os dejo camas y mantas,
pero los sueños…
pero las almas…
Me llevo la tormenta,
… y la calma.
Os dejo las armas,
... y la guerra.
Os cedo trompetas y timbales,
Pero no los ángeles…
Os dejo el cincel y la lápida,
pero su nombre…
pero las ánimas…
Os devuelvo a la abuela… a la madre,
Pero me quedo la niña grande…