Fue en la poesía que me hice niebla
y oculté mis miedos en su longitud
de un mar de piedras
y de arrebato amarré el ónix
y fue que creí morir, y despertar era,
a la vida
un espejo mi realidad refleja
y fue que en el coral mis penas
se hicieron fieras
y en lo más alto me subí
por la escalera y escalé entre ellas,
mi pasión
entre algodones y vivencias
y fue que anduve y descubrí fronteras
y fue que mis mentiras se hicieron ciertas
de tanto llamarles acudieron, sin reservas
y se quedaron en mis entrañas a roerme
el alma
y vieron que yo era
el que fui, el que ahora versa.