Solamente una persona ha tenido el valor, la osadía, se ha atrevido a hacerme cara a cara, no un comentario negativo sobre mi libro, que no lo fue, sino un comentario sin énfasis, como desmotivado, sin ánimo:
-Sí, lo he leído; está bien –me dijo-.
Con tan mala suerte, la pobre, que tuvo un accidente mortal a los pocos minutos, y no tuvo tiempo ni de comentar más, o el porqué, ni yo de intentar debatir con ella sobre el tema.
D.E.P.