No te quiero
porque estés ausente
de veleidades
ni te amo
por ver tu rostro
en fotografías
prefiero pensarte,
te pienso en aquellas tardes
jugando a la suerte de adultos
que nos tocó
acunar responsabilidades
crecer sin tiempo
es por eso
porque estás presente
en el pasado
en mis casualidades
en mis sonrisas
en el silencio clandestino
en el pupitre de delante
porque estás pendiente de mi llamada
por la costumbre de oírte
por tu constante ofrecimiento
y esas ganas, de verme, de verte,
de vernos sonriendo
a carcajadas
que tengo
que quererte