Dichosos los hijos e hijas que, ante la vejez de sus padres, se convierten en padre y madre de sus padres, porque sienten que se pertenecen.
Malnacidos los hijos e hijas, indiferentes ante la vejez de sus padres que, impacientes, esperan su muerte, solo codician lo que creen que les pertenece.
Estoy convencido de que existe una inteligencia superior que desconocemos, una ley sabia que rige el universo, llámase Dios, Budha, Alá, Yavéh, Naturaleza, Energía, Karma…, o como cada uno quiera, que, de una forma u otra, da a cada quien su merecido según aquello que ha ofrecido.
Quisiera marcharme de este mundo pudiendo decir: que amé, que lo intenté, que hice lo posible, y a veces lo imposible, que sufrí, que me dolió y que aún así; perdoné y no abandoné.
Y si estoy equivocado, que la vida no me sea leve.
Amén.
Manzanares el Real
28 de enero de 2022
Pedro Parrina.