Viste seda tu estandarte
esmeralda, nácar y azabache
patria vasta, raíz y madre.
¿Acaso puedo olvidarte?
Sincera, humilde, sencilla,
noble, acogedora, rica y pobre
entre hidalgos conquistadores
nací y fui antaño corcel exiliado,
peregriné libre, emigrante
de arrebato necio y cegado.
Hogaño, mulo recio y sofocado,
me embaucan tus recuerdos
a ti regreso y renuevo,
olvidos del pasado.
Tal vez, el ocaso
responda sin ser preguntado.
¿Puedo olvidar acaso?
¡el verde cobrizo de tus dehesas!
luces que, cenicientas
se reflejan en los encinares,
que, exhiben a fantasmas
entre alcornocales.
¿Acaso olvidarte puedo?
Vivo o muerto
arraigo mis lágrimas en tu piedra
en unión umbilical que a ti me aferra,
amansas mis entrañas a fuego
y con fuego mi piel yerras
si desvanezco, me yergues
si adivino, me hierras
y luego, me aciertas
y siembras de ilusiones blancas,
fértiles y vanas, ocres tierras,
nueva, experta, vieja,
tierna, remota, madura,
cercana Estremaura